Un granjero, paseando por el campo, se encontró un nido de águila caído de un árbol. En él había un huevo, el cual se llevó para la granja, así, sus gallinas lo cuidarían y nacería el polluelo.
Pasados los años, un caminante perdido paró en la granja para pedir agua y algo de comer. Se acercaron al corral para coger un par de huevos.
- Perdone señor granjero, eso de ahí, no es una gallina, es un águila.
- Si, hace un año me encontré un huevo y mis gallinas lo incubaron. Creció aquí con ellas y ha aprendido a ser gallina. Vive igual que ellas. Come con ellas. Pone huevos incluso. Es una gallina.
El caminante resultó ser ornitólogo, e intentó convencer al granjero para que soltara al águila. Este se negó, ya que pensaba que jamás sebreviviría siendo libre. No había aprendido a cazar, ni tan siquiera a volar.
- Hagamos una cosa - dijo el ornitólogo - vayamos a lo alto de la casa y soltemos al águila, que cuando vea que se va a dar con el suelo, que se va a hacer daño, abrirá sus alas y volará.
Así lo hicieron:
- ¡Vuela águila vuela!
Y el águila no voló.
- ¿Ves? - dijo el granjero - Es una gallina, jamás recuperará su naturaleza.
- No ha abierto las alas porque desde ahí sabía que no se iba a hacer daño, subamos más alto.
Fueron a lo alto de un campanario, y desde allí volvieron a intentarlo.
Y el águila volvió a no volar.
- Te lo dije, haga usted el favor de devolver al pájaro al corral con su familia.
- ¡No! Hay que subir más alto, le falta confianza, no está acostumbrada, necesita otra oportunidad. Vayamos a un barranco, desde ahí, en la naturaleza, rodeada de su entorno, seguro que se encuentra a si misma.
Y así lo hicieron.
- Águila, tú puedes volar, tú puedes ser libre, no te quedes encerrada porque este hombre lo diga, deja de obedecer, de imitar lo que se hace en tu corral. Tu tienes un potencial dentro. Aprovechalo. ¡Vuela!
Abrió sus alas, y voló. Jamás volvió al corral, surcó los cielos por el resto de su vida.
La sociedad nos invita a ser peones, bueno, nos obliga. Las altas esferas de la sociedad (el granjero) nos encierra en un corral para que pongamos huevos, para que produzcamos un bien de el que él se aprovechará. No quieren que seamos águilas porque viviríamos nuestra vida, no les seríamos útiles. Intenta ser útil para ti mismo, los beneficios para ti mismo, no pongas huevos para que otros lo vendan. Abriendo las alas y batiéndolas, sí, por supuesto que puedes ser quien quieras, no tienes por qué ser un peón, puedes triunfar y conseguir lo que quieras.
Abre las alas, puede que te des un par de golpes, pero al final volarás y dejarás de sobrevivir para disfrutar tu vida.
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