Quince años, solo su hermano de veintiuno en Madrid, coge una maleta y se marcha de su casa, Nerja, para bailar. Le espera una ciudad enorme, conservatorio e instituto, otro clima, ningún amigo... Soledad y esfuerzo. Siete de la mañana en pie, dos mochilas y un tupper, diez horas de clase, comer en el metro, llegar a las diez de la noche y dormir.
Han pasado dos años, es la foto del único espectáculo de la Bienal de Sevilla que solo ha recibido crítica positiva. La más joven del plantel. Carrera acabada, desbordada de trabajo y haciendo lo que más le gusta en el mundo, lo que siempre soñó.
Es Águeda Saavedra (@aguedagsaavedra), mi hermana.
El más pequeño del grupo, mucho tiempo el patito feo del mejor club de España de kárate. Pocas oportunidades hasta la adolescencia. A partir de ahí, fue quitandole el puesto uno a uno a sus compañeros. Medallas y oportunidades a raudales.
Veintidós años, problemas en casa y estudiando. Componente de la selección española de kárate. Becado. Único de aquella generación que ha llegado hasta aquí.
Es Carlos Jimena (@CarlosKJimena), un buen amigo.
Doble licenciado en economía y ADE. Un grandísimo potencial en su gremio. Protegido por au familia. Marcha a Madrid a probar suerte. Comercial, comisiones y poco dinero. Poco apoyo en casa. Consigue abrir una empresa y triunfa.
Quiebra, cierra y vuelve a empezar desde cero, bueno, en negativo, con deudas. Más impedimentos sociales. Vuelve a crear una empresa, esta vez más grande, más solida, y con más beneficios.
Es Pedro Rodríguez, jefe y amigo.
Son historias muy diferentes, pero a la vez idénticas. Desbordan superación, constancia, esfuerzo, y sobre todo ilusión. Es tal esta, que les hace disfrutar con lo que hacen, y vuelan cual águila imperial.
El otro día escribí sobre séptimo de los ocho hábitos de trabajo (y vida) que están en el manual de "mi" empresa. Hoy hablo del primero y del sexto, Actitud Positiva y No perder la Actitud respectivamente. Se repite, sí, porque es sumamente importante, lo más importante, imprescindible. El motor, la gasolina y las ruedas. Y además es muy fácil perderla.
Sin ganas, es imposible llegar a nada. Si no quieres no puedes. La actitud es esa energía, esa intención. No puedo, no soy capaz, eso para otros... ¿Lo has intentado? ¿Has querido?
El pesimismo, e incluso el pasotismo, significa ponerte un techo muy bajo, rendición, dolor y decepción. Sin Actitud no existe el esfuerzo, la constancia, el sacrificio placentero, la ilusión.
Busca un obstáculo, una baranda, un banco. Da diez pasao atrás y piensa: "no soy capaz de saltarlo", "me voy a hacer daño", "voy a hacer el ridículo". Y corre en dirección a la baranda. No solo no lo vas a conseguir, seguramente te frenes antes de tan siquiera intentarlo.
Vuelve a intentarlo pensando que es bajo, que te puedes apoyar, que sueles saltar alturas más complicadas. Corre. No te arrepientas por el camino. Alomejor te tropiezas, pero seguro que lo intentas. Ya has llegado más lejos que antes. La Actitud Positiva no garantiza el éxito, pero si el,como mínimo, quedarte a mitad de camino, que haya una evolución. Mejorar.
Se puede llegar donde quieras con ganas, con intención, con alegría. Estos ingredientes te permiten ser pro-activo, moverte, intentarlo. Te saca el espíritu de lucha, seguro que no te quedas sentado. Además este estado mental te proporcionará autosugestión positiva, solo te dejará ver la meta y disfrutarás acercandote a ella, lo pasarás bien, serás feliz. Y para colmo, tú sugestionas al mundo, la gente disfruta contigo, te acompaña. Quieren estar a tu lado, haces que se sientan bien, transmites esas ganas, esa intención y esa felicidad.
La Actitud Positiva son las gafas de la felicidad, las gafas del éxito. Solo te dejan disfrutar y ver cosas bonitas.
Para conseguirla hay que tener objetivos ilusionantes, dedicarte a lo que te gusta, ponderar los pequeños éxitos y controlar y mucho la autosugestión.
La Actitud es causa y consecuencia de esta última, van de la mano. El optimismo es el "momento" de la educación emocional, el resultado.
Recuerda que tú te pones los límites, que estos son lo más alto a lo que puedes llegar, y que si no te lo propones, ni te vas a acercar a ellos. Se optimista, quiérete, confía en tí. PUEDES. Disfrutarás y llegarás más alto de lo que estás acostumbrado.
Si quieres algo sal a buscarlo, alza la voz, lucha. No te quedes en casa esperando que los resultados vengan, que el mundo cambie para tí. Sal TÚ a cambiarlo. ACTÚA.
Con Actitud Positiva, no existe el esfuerzo, no existe la lucha, las penas, el cansancio... Sólo existen tus sueños hechos realidad.
No os podéis imaginar lo que me he acordado de vosotros y de los hábitos de trabajo este año!! Cuando decides opositar la actitud y la automotivación es lo único que te anima a seguir adelante, porque realmente es un camino duro en el que estás completamente sola, pero cuando encima, y por obra y gracia de Dios, después de ocho meses estudiando y gastando dinero en preparadores, te suspenden las oposiciones, solo puedes apoyarte en esa actitud positiva que tan a fuego nos grabasteis para salir adelante. ¡Y creo que por ahora ha ido bien! El lunes, desde Nueva York, te lo cuento!
ResponderEliminarCuando luchas y tienes una capacidad de ser constante .. Cuando piensas q no puedes y al final siempre hay un último esfuerzo .. Es ahí cuando atraes lo positivo .. Cuando te das cuenta de que tu sueño se cumple y te sientes satisfecho y la recompensa ha llegado ,no luches por ser reconocido ni por q te digan muy bien (recompensa) lucha por tener una motivación en tu vida.. Por lo q de alguna manera es tu vida .. Por un sueño por venir .. Lo de después viene solo!
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