Hay muchos momentos, en los que uno no sabe hacia donde va, que dirección tiene que tomar, y lo peor, es que no lo sabe. Pereza, dejadez, decadencia, desgana... Estas actitudes negativas se resuelven con una simple idea, el OBJETIVO.
Esta es la dirección en la que hay que dirigir nuestras fuerzas. Para disparar a algo tienes que mirar por la mirilla, también llamada objetivo, para darle al blanco. Nada tiene sentido si no tiene un fin, valga la redundancia. La misma expresión lo dice, tener sentido, tener significado. Sentido es dirección, el para qué del que hablaba hace unos días.
Precisamente, en la entrada "Saber ¿por qué? y ¿para qué?" se dan las claves de cómo tiene que ser un objetivo. Pero tan importante de el qué debe ser, es el cómo plantearlo.
Hay tres tipos de objetivos, a corto, medio y largo plazo. Los tres deben estar relacionados, tienen que tener la misma línea, de forma que cumplir el corto te haga cumplir el medio, y hacerlo con este llegar al objetivo máximo, el de a largo plazo.
Este último, es el fin, el límite, donde quieres llegar. La ilusión de tu vida. El problema, que para llegar a esto hace falta mucho tiempo y paciencia. Las guerras largas son difíciles, agotan. Para ganarla, es mejor pensar en las batallas, ir partido a partido.
Estas fases, estas jornadas de "la liga", son objetivos medios, etapas intemedias que hay que cumplir, pero que a su vez, tengan premio. Cuestas de una montaña que te alegren subir, que te ayuden a llegar a la cima. Es importantes tenerlos marcados, que sean igualmente motivantes, y celebrarlos, dan energía para continuar.
Por último, para ganar un partido es necesario dar el máximo en cada jugada, tener el objetivo del gol en cada una de ellas. Si no pretendes marcar gol no lo vas a conseguir. Y estos si que son importantes cumplirlos y celebrarlos. Cada día debe tener un sentido. No puede pasar un día sin tener una meta que cumplir. No subes un puerto de montaña si no pedaleas. La constancia solo se consigue de esta forma, luchando cada día, y al acabarlo, sentirte satisfecho.
Por tanto, cuando algo te ilusione, dividelo en fases ilusionantes, y que cada acción tenga una intención. No dejes pasar un solo día en el que no avances hacia tu objetivo.
El tiempo vuela.
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