Partido cargado de emociones. Senyeras, 17:14, cánticos... Fútbol mezclado con política. El Madrid, tras un mal inicio, a ocho puntos, con una "final" en la jornada siete, aunque los antecedentes le son favorables, ha conseguido equilibrar la balanza, ahora sí se le respeta en el Camp Nou.
Hay dudas en ambos onces, el Barcelona sin defensas, el Madrid con la duda del "10". Tito inventa, no solo con Adriano de central, es el primer partido en el que apuesta por un extremo, y Cesc, Iniesta y Xavi juntos. Mourinho, fiel a su once de gala, con Ozil, Marcelo y Benzema.
Comienza un partido táctico, de tanteo, en el que el equipo madridista ahoga la creación de los culés, gracias a la presión intensa de Khedira, Ozil y Di María, que les lleva a generar oportunidades entre cánticos independistas, hasta que, tras una jugada colectiva, en estático, jugada de tiqui taca, catorce toques, Cristiano marca en su sexto clásico consecutivo, récord absoluto en el Real Madrid.
Los blancos se desmelenan, juegan sin miedos, prejuicios, se sienten superiores, y su intensidad bloquea a los barcelonistas. 0-2 si Benzema se hubiese dejado el vestido de gato para esta gran noche, fallo incomprensible.
Vuelven los fantasmas. Pudimos matarlos, siguen vivos, como en la Supercopa, y gol de Messi.
Jugada extraña que define dos estilos. Pepe salta al choque y no encuentra a nadie, Xavi espera a que el balón toque suelo. Rechace, y la pulga-ratón dentro.
Más fantasmas y depresión blanca a la media hora de partido. Baja la intensidad y aparecen Cesc e Iniesta, tiqui-taca al poder, hasta que el árbitro manda a los jugadores a la caseta.
Para la segunda parte, el Real Madrid tiene más recursos en el banquillo, a los azulgranas les queda Villa. Los entrenadores esperan, salen los mismos, ya entró Montoya por Alves, quizás positivo para los locales, estará más atento a CR7.
Primer minuto, jugada de Ozil, ruleta, penalty. No pitado, más fantasmas, "aquí es imposible". Oportunidad de adelantarse "al limbo".
Cinco minutos más tarde, jugada de Iniesta, quiebro, penalty. No pitado. Se igualan las fuerzas.
Los culés siguen a lo suyo, tocan y tocan, Iniesta coge peso, aunque poco trascendente, muchos gestos técnicos, pocas jugadas acaban en algo. En mi opinión es su tónica. El MVP de la Eurocopa no marcó gol, ni asistencia en los seis partidos. En la temporada pasada hasta Kaka tuvo mejores estadisticas. Muy bueno, sí, pero quizás gaseosa.
El Madrid se acomoda, prepara a sus cohetes, van a buscar una contra. No las encuentran, Xabi Alonso está lento, pierde muchos balones. Es curioso que en el clásico siempre le pasa, los jugadores azulgranas saben que controla largo, se da la vuelta y tras un segundo pasa. Le presionan antes y no encuentra su juego.
Falta a treinta metros a favor de Cristiano, falla. Falta a treinta metros a favor de Messi, golazo. El realizador lo sabía. Lanzamiento magistral, este chico lo hace todo perfecto.
Curioso, pero Messi le espantó los fantasmas a los de Mourinho. Entra Higuaín, el espíritu del clavo ardiendo.
Cinco minutos más tarde robo de Khedira (¿falta?), Alonso de primeras, Ozil, magistral de primeras al hueco, Cristiano Ronaldo de primeras Gol, entre gritos de "Tonto Tonto", tras intentar una chilena en la que se lesiona. Manda a callar a la afición.
Nuevo partido. Tanteo, miedo. El Barcelona vuelve a la idea-Tito, dos extremos, entra Alexis por Cesc. La naturaleza de Mou le pide asegurar. Entran un Kaka muy trabajador y Essien.
El Madrid, con Cristiano lesionado, sin Ozil ni Di María, e Higuaín fallón, muy impreciso. Dominio culé, muchos cornes a favor, ninguno rematado.
Montoya al palo, y Pedro en el 91', defendido por CR7, casi marcan.
Final.
Empate a todo, 2-2, goles de las estrellas, un palo para cada uno, un penalty no pitado para cada uno.
Todos felices, los locales mantienen distancias, los blancos hacen un buen papel.
Modric y Villa no han jugado.
Teatreros unos, guarros otros...
Sigue la emoción.
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