En mi cabeza, y supongo que en la de muchos, hay un debate continuo, eterno, feroz. Ambición o tranquilidad, batalla o paz, éxito social o pradera de amapolas.
Éxito, lo he matizado con social porque es un concepto complicado. La gente piensa que triunfas cuando llegas muy alto, y si, es cierto, pero, ¿no es tener éxito en esta vida ser feliz? ¿La felicidad depende de lo alto que se llega?
No lo sé, no contesto.
Sinceramente estoy muy cansado. Agotado. Estoy en la busqueda de la felicidad para que esta me aporte las fuerzas necesarias para emprender, para crecer. O no, o simplemente para encontrar mi rinconcito de paz que me haga ser feliz, disfrutar.
Lo más importante es eso, disfrutar con lo que se hace. Es imprescindible dedicarse a algo que guste, que se haga ameno por el simple hecho de que lo harías por divertirte.
Envidio a mi hermana, bailarina. Se pasa el día ensayando, y cocina taconeando, pasea haciendo palillos y sus momentos de descanso son viendo videos de gente que se dedica a lo que ella. Yo quiero eso. Es una lástima que ya no me de para ser futbolista, pero, algo habrá.
Empiezo a pensar demasiado. Se me está nublando el horizonte. Cierto es que tengo la meta muy cerca, mucho, y se hacerlo, y se me dará muy bien. También es cierto que el medio me duele, y que no sé si la meta me va a cansar también, porque será lucha, en otro nivel.
He hablado en futuro, mi subconsciente se ha pronunciado. O no, o es fruto de mi engaño, de llevar mucho tiempo en esta guerra. No sé.
Kit-kat.
Porque hay que HABLAR
lunes, 10 de diciembre de 2012
lunes, 22 de octubre de 2012
En el equilibrio está la sabiduría.
Ha llegado un momento de inflexión en mi vida. Uno más, sí, pero quiero que este sea de los importantes. Quiero emplear mucho esfuezo en mi nuevo proyecto, y esto conlleva desgaste, y quitar esa atención a otros aspectos.
Por tanto debo moderar. A partir de ahora escribiré fines de semana, dos entradas mínimo por semana, pero llego a casa cansado, y escribir, lejos de ser una vía de escape como lo era ya hace casi dos meses, ahora es una responsabilidad, es decir, a pasado de ser un para qué a un por qué.
Porque cuando tienes un obejtivo ilusionante debes enfocar todo a eso, porque no puede haber dudas.
Llegar cansado a casa y con la cabeza en otro sitio me haría bajar la calidad de las entradas, y no, prefiero menos cantidad, sinceramente. Podré escribir más tranquilo y de mejores temas si lo hago semanalmente.
El equilibrio está en enfocar las fuerzas a lo necesario. Volverá el momento en que esto, y mis sermones, requieran gran parte de mi energía.
Hasta el sábado.
Por tanto debo moderar. A partir de ahora escribiré fines de semana, dos entradas mínimo por semana, pero llego a casa cansado, y escribir, lejos de ser una vía de escape como lo era ya hace casi dos meses, ahora es una responsabilidad, es decir, a pasado de ser un para qué a un por qué.
Porque cuando tienes un obejtivo ilusionante debes enfocar todo a eso, porque no puede haber dudas.
Llegar cansado a casa y con la cabeza en otro sitio me haría bajar la calidad de las entradas, y no, prefiero menos cantidad, sinceramente. Podré escribir más tranquilo y de mejores temas si lo hago semanalmente.
El equilibrio está en enfocar las fuerzas a lo necesario. Volverá el momento en que esto, y mis sermones, requieran gran parte de mi energía.
Hasta el sábado.
domingo, 21 de octubre de 2012
La mancha que oscurece la mente.
Estando en los vestuarios del gimnasio, un chico, de unos veinte o veinticinco años se dirigió a mí.
- Lo que hay que ver, no hay derecho.
Inmediatamente, por su tono de voz, por su mirada, por la forma de acercarse a mí fuí consciente de que el chico tenía algún problema de patología mental, de "retraso". No se que era, pero físicamente es un joven completamente normal, su forma de crear frases también, pero es lento, "torpón". Es más, su forma de entender la vida social es despreocupada, no entiende de normas. Habla con todo el mundo, no tiene "vergüenza".
Me contó que su profesora de natación le regañó por llegar tarde, cosa que no hace nunca, que solo han sido tres veces, y que le trata mal. Que por ser profesora se cree que puede hacer lo que quiera, y ningunea a los de siempre.
Yo le dije que no se preocupara, que eso nos pasa a todos, e intenté pasar un poco del tema porque el chico se ponía pesado. Así que él, ante mi dejadez, se fué con otro. Volvió a contarle exactamente lo mismo, y después a otro, y luego a otro más.
Se iba poniendo colorado y subiendo el tono.
- Me tiene manía, me odia. Ya me pasó en otro gimansio, siempre me pasa lo mismo. Ya no vengo más, me toma por tonto.
Se puso muy muy nervioso, comenzó a golpear todo lo que había en su camino. Finalmente, tuvo que ser educido y supongo que medicado.
Analizando su comportamiento, está claro que tiene un Origen muy negativo. Supongo que por su enfermedad ha sido mal tratado por buena parte de la sociedad, o como mínimo tratado diferente (yo lo hice), lo que le genera un sentimiento de inferioridad que le hace sentirse mal ante cualquier corrección.
Es más, el chico poco a poco se fué calentando, su enfado fué a más. Se autosugestionó negativamente. Ponderó su problema de forma que ese sentimiento negativo nubló su mente, de forma que solo veía problemas. Que el resto de gente se sintiera incómoda, no hizo más que agudizar su sentimiento de ridículo, lo que le llevó a explotar.
Evidentemente el joven tenía problemas psiquicos y psicológicos lo cual alimentó esta reacción. Pero, en menor medida, los sentimientos negativos se apoderan de nosotros al igual que le pasó al chico. Quizá no armamamos el jaleo por el mismo motivo por el que el se dirigió a mí, por vergüenza, porque la sociedad nos dice que hay que ser discretos. Aunque hay casos en los que si que nos pasa. De hecho, en juicio, algo que exime de culpa (hasta cierto punto) es un momento de locura transitoria, coloquialmente, una "ida de pinza". Pero insisto, explosiones solo interiores, nos pasan a diario.
Problemas pasados, malas experiencias provocan que dolores puntuales se conviertan en sufrimiento, y a más importancia le des al sufrimiento, más sufriras. La mente llega a autodestruirse.
Esta misma espiral negativa existe en positivo. Búscala.
- Lo que hay que ver, no hay derecho.
Inmediatamente, por su tono de voz, por su mirada, por la forma de acercarse a mí fuí consciente de que el chico tenía algún problema de patología mental, de "retraso". No se que era, pero físicamente es un joven completamente normal, su forma de crear frases también, pero es lento, "torpón". Es más, su forma de entender la vida social es despreocupada, no entiende de normas. Habla con todo el mundo, no tiene "vergüenza".
Me contó que su profesora de natación le regañó por llegar tarde, cosa que no hace nunca, que solo han sido tres veces, y que le trata mal. Que por ser profesora se cree que puede hacer lo que quiera, y ningunea a los de siempre.
Yo le dije que no se preocupara, que eso nos pasa a todos, e intenté pasar un poco del tema porque el chico se ponía pesado. Así que él, ante mi dejadez, se fué con otro. Volvió a contarle exactamente lo mismo, y después a otro, y luego a otro más.
Se iba poniendo colorado y subiendo el tono.
- Me tiene manía, me odia. Ya me pasó en otro gimansio, siempre me pasa lo mismo. Ya no vengo más, me toma por tonto.
Se puso muy muy nervioso, comenzó a golpear todo lo que había en su camino. Finalmente, tuvo que ser educido y supongo que medicado.
Analizando su comportamiento, está claro que tiene un Origen muy negativo. Supongo que por su enfermedad ha sido mal tratado por buena parte de la sociedad, o como mínimo tratado diferente (yo lo hice), lo que le genera un sentimiento de inferioridad que le hace sentirse mal ante cualquier corrección.
Es más, el chico poco a poco se fué calentando, su enfado fué a más. Se autosugestionó negativamente. Ponderó su problema de forma que ese sentimiento negativo nubló su mente, de forma que solo veía problemas. Que el resto de gente se sintiera incómoda, no hizo más que agudizar su sentimiento de ridículo, lo que le llevó a explotar.
Evidentemente el joven tenía problemas psiquicos y psicológicos lo cual alimentó esta reacción. Pero, en menor medida, los sentimientos negativos se apoderan de nosotros al igual que le pasó al chico. Quizá no armamamos el jaleo por el mismo motivo por el que el se dirigió a mí, por vergüenza, porque la sociedad nos dice que hay que ser discretos. Aunque hay casos en los que si que nos pasa. De hecho, en juicio, algo que exime de culpa (hasta cierto punto) es un momento de locura transitoria, coloquialmente, una "ida de pinza". Pero insisto, explosiones solo interiores, nos pasan a diario.
Problemas pasados, malas experiencias provocan que dolores puntuales se conviertan en sufrimiento, y a más importancia le des al sufrimiento, más sufriras. La mente llega a autodestruirse.
Esta misma espiral negativa existe en positivo. Búscala.
jueves, 18 de octubre de 2012
Origen.
He vuelto a ver Origen, de Christopher Nolan. Película que en su día me encantó, me pareció tener una trama muy interesante, y como siempre, llevada de un modo excelente por su director, uno de mis favoritos. Por sus detalles, por su música, por su "oscuridad", y por haberle dado un toque magnífico a mi superheroe preferido de niño (y de mayor), Batman. Pero esta vez ha sido diferente. Esta vez no solo ha sido entretenida e interesante, ahora la he comprendido de verdad, ahora he descubierto como explica el viaje al interior de la mente para "sembrar" ideas. Ha tenido que pasar tiempo, para que, despues de mucha lectura, yo tenga el conocimiento emocional suficiente como para saber qué me quería mostrar Nolan de verdad, y es que, como dijo Einstein, "ningún problema puede ser resuelto desde el mismo nivel de pensamiento que lo generó."
Esta frase tiene dos lecturas, la primera, que los problemas son generados por el pensamiento, y la segunda, que para solucionarlos, hay que ir más allá, hay que profundizar.
En la película, Leonardo DiCaprio interpreta a un robador de pensamientos, de conocimientos. Él y su equipo se adentran en la mente de sus víctimas mientras sueñan, ya que así llegan al lado inconsciente, cogen esa información y se van sin dejar rastro.
Se les encarga un trabajo muy curioso, esta vez no les piden quitar una idea, les piden ponerla. Deben conseguir que el heredero de un gran empresa la disuelva, a petición de la competencia.
Para este trabajo deben entrar en sueños dentro de sueños para profundizar, para sembrar una idea antimonopolística, de rechazo al trabajo de su padre o de espíritu emprendedor para que no dirija la empresa, para como he dicho antes, la destruya y empiece de cero.
Eso es, la profundidad de las ideas, que pueden hacer que se lleguen a convertir en principios, en origen. Esto dictaminará tu forma de ser, la hoja de ruta de la mente, cómo reaccionar ante diferentes hechos, sentimientos o personas.
En la realidad, esas ideas primitivas, son producto de la experiencia. Nuestra mente funciona parecido a un perro, lo que le digas que se hace o no al principio, lo asumirá para siempre. Nuestra personalidad es creada. Por ejemplo, piensa en alguna comida que no te guste, que le tengas "asco" o "manía", ¿no tuviste ninguna mala experiencia con ella? Un empacho, comerla en mal estado...
El problema es que nuestra educación es limitante. Nos corrigen más que nos enseñan, y sobre todo la sociedad nos pone unas fronteras muy cercanas, que nos hacen no sentirnos capaces de muchas cosas que sí que lo somos.
Y lo que más hay que cuidar ya no es solo no limitarnos, es no generarnos unos orígenes negativos. Tendemos a ponderar las malas experiencias, y estos "traumas" se crean porque al dar importancia, la idea baja y baja niveles, hasta que llegan al principio. Además, un origen negativo es tóxico, recuerda que más por menos es menos, es decir, que lo negativo siempre absorve a lo positivo.
No es lo mismo dolor que sufrimiento. Lo primero es puntual, lo segundo es un estado anímico que contamina y hace dolorosa al resto de la realidad. Nunca lleves el dolor al origen porque empezaras a sufrir. No recuerdes, hables y pienses en lo malo, no lo ponderes, hazlo con lo bueno, que es posible que baje niveles.
Evidentemente, como con todo, es más fácil enseñar que corregir. Así que en el inicio de cualquier relación, en la educación de alguien, al inicio de lo que sea, cuidado, procura que los orígenes sean positivos.
Corregir, y sobre todo autocorregirse, es muy duro, muchísimo. Piensa que es una lucha interna en la que quieres eliminar tus ideales, tus principios, tu forma de ver la realidad, por tanto, ni tu mismo lo comprendes, te estas atacando a tí, a tu idea del "myself". Por tanto, al igual que en la película, cuando el subconsciente nota a un extraño, a alguien que viene de fuera a llevarse una idea o poner otra, lo ataca, tú mismo te atacas, ya que tú eres el DiCaprio de tu película. Tú mismo viajas hacia tu origen.
"Una idea entra en la mente como un huésped, se une a la familia y, finalmente, se hace con el control."
El Tamud.
Esta frase tiene dos lecturas, la primera, que los problemas son generados por el pensamiento, y la segunda, que para solucionarlos, hay que ir más allá, hay que profundizar.
En la película, Leonardo DiCaprio interpreta a un robador de pensamientos, de conocimientos. Él y su equipo se adentran en la mente de sus víctimas mientras sueñan, ya que así llegan al lado inconsciente, cogen esa información y se van sin dejar rastro.
Se les encarga un trabajo muy curioso, esta vez no les piden quitar una idea, les piden ponerla. Deben conseguir que el heredero de un gran empresa la disuelva, a petición de la competencia.
Para este trabajo deben entrar en sueños dentro de sueños para profundizar, para sembrar una idea antimonopolística, de rechazo al trabajo de su padre o de espíritu emprendedor para que no dirija la empresa, para como he dicho antes, la destruya y empiece de cero.
Eso es, la profundidad de las ideas, que pueden hacer que se lleguen a convertir en principios, en origen. Esto dictaminará tu forma de ser, la hoja de ruta de la mente, cómo reaccionar ante diferentes hechos, sentimientos o personas.
En la realidad, esas ideas primitivas, son producto de la experiencia. Nuestra mente funciona parecido a un perro, lo que le digas que se hace o no al principio, lo asumirá para siempre. Nuestra personalidad es creada. Por ejemplo, piensa en alguna comida que no te guste, que le tengas "asco" o "manía", ¿no tuviste ninguna mala experiencia con ella? Un empacho, comerla en mal estado...
El problema es que nuestra educación es limitante. Nos corrigen más que nos enseñan, y sobre todo la sociedad nos pone unas fronteras muy cercanas, que nos hacen no sentirnos capaces de muchas cosas que sí que lo somos.
Y lo que más hay que cuidar ya no es solo no limitarnos, es no generarnos unos orígenes negativos. Tendemos a ponderar las malas experiencias, y estos "traumas" se crean porque al dar importancia, la idea baja y baja niveles, hasta que llegan al principio. Además, un origen negativo es tóxico, recuerda que más por menos es menos, es decir, que lo negativo siempre absorve a lo positivo.
No es lo mismo dolor que sufrimiento. Lo primero es puntual, lo segundo es un estado anímico que contamina y hace dolorosa al resto de la realidad. Nunca lleves el dolor al origen porque empezaras a sufrir. No recuerdes, hables y pienses en lo malo, no lo ponderes, hazlo con lo bueno, que es posible que baje niveles.
Evidentemente, como con todo, es más fácil enseñar que corregir. Así que en el inicio de cualquier relación, en la educación de alguien, al inicio de lo que sea, cuidado, procura que los orígenes sean positivos.
Corregir, y sobre todo autocorregirse, es muy duro, muchísimo. Piensa que es una lucha interna en la que quieres eliminar tus ideales, tus principios, tu forma de ver la realidad, por tanto, ni tu mismo lo comprendes, te estas atacando a tí, a tu idea del "myself". Por tanto, al igual que en la película, cuando el subconsciente nota a un extraño, a alguien que viene de fuera a llevarse una idea o poner otra, lo ataca, tú mismo te atacas, ya que tú eres el DiCaprio de tu película. Tú mismo viajas hacia tu origen.
"Una idea entra en la mente como un huésped, se une a la familia y, finalmente, se hace con el control."
El Tamud.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Déficit (de otras muchas cosas).
"La gran amenaza para Europa es que la veamos como un reformatorio, que países cumplan cadena perpetua por tomar decisiones difíciles"
François Hollande.
Siguen pidiéndole a Grecia que recorte y recorte. Abaratar despidos (¿más?), rebajar sueldos y pensiones (¿más?) y un largo etcétera. Y a todo esto, no mejora la economía allí, es más, aunque lo hiciera ¿merecería la pena?
¿Qué calidad de vida tiene el pueblo Girego?
"Prefiero déficit a que muera la gente".
Alfonso Guerra.
No quiero parecer extremista, pero reducir personal en un hospital, no atender a unos u otros, alargar listas de espera para revisiones (hasta de cáncer de mama), dejar a gente en la calle, sin trabajo, sin dinero para comer, sin dinero para medicamentos... ES MATAR.
La clase media española casi no existe a estas alturas, cada vez hay más diferencias entre ricos y pobres.
Y seguimos recortando...
François Hollande.
Siguen pidiéndole a Grecia que recorte y recorte. Abaratar despidos (¿más?), rebajar sueldos y pensiones (¿más?) y un largo etcétera. Y a todo esto, no mejora la economía allí, es más, aunque lo hiciera ¿merecería la pena?
¿Qué calidad de vida tiene el pueblo Girego?
"Prefiero déficit a que muera la gente".
Alfonso Guerra.
No quiero parecer extremista, pero reducir personal en un hospital, no atender a unos u otros, alargar listas de espera para revisiones (hasta de cáncer de mama), dejar a gente en la calle, sin trabajo, sin dinero para comer, sin dinero para medicamentos... ES MATAR.
La clase media española casi no existe a estas alturas, cada vez hay más diferencias entre ricos y pobres.
Y seguimos recortando...
martes, 16 de octubre de 2012
La verdadera serenidad II.
La actualidad está llena de fuerzas desestabilizantes que quieren destruir nuestro equilibrio propio. Al igual que la dueña del nido, todos debemos procurar "fabricar" un entorno favorable para crecer.
Ojo, que esto no es fácil. Para generar este buen ambiente interno, hay que ejercer fuerzas "contrarias" contra las que recibimos sobre nosotros, y así mantener el equilibrio. Insisto que lo que se nos echa encima es fuerte, intenso, duro... Y más, con la importancia que le damos.
Sabemos que si ponderamos algo, ese algo crece. Ponderar es tan fácil como pensar. Si piensas en estas fuerzas contrarias a tus intereses, es probable que te hagan más daño que si no piensas en ellas. La felicidad del inconsciente.
Confieso que desde que tengo el blog, desde que cada noche hablo de un tema, estoy más en contacto con la actualidad, leo más periódicos que antes. Pues bien, desde entonces, mi preoupación es mayor, tanto, que me llegó a pintar mi mundo de negro. Me empañó mis gafas de la felicidad. Mi actitud cayó y he llegado a plantearme muchas cosas. Ser consciente de la situación política y social me deprimió, pero, por suerte, hablo en pasado.
Si que es verdad que me he planetado dejar la actualidad y centrarme en mi mundo. Bueno, intentaré separarlo, que no me influya, porque se quitan las ganas de salir a vender viendo que nadie tiene dinero. Gracias a que tengo un objetivo ilusionante, y que doy más peso al FO (fortalezas y oportunidades) que al DA (debilidades y amenazas) podré ser la Madre del los polluelos del nido protegiendome de la tempestad.
Pero si ves que no eres capaz de avanzar porque algún conocimiento o recuerdo te pesa, elimínalo. Elimina todo lo tóxico de tu alrededor, pensamientos, hechos o personas, lo que sea.
Un bien común es la suma de todos los bienes individuales. Un entorno común favorable es la suma de entornos individuales favorables.
Recuerda el cuadro que eligió el soberano, el verdadero equilibrio es el generado en una situación adversa. Ahora te toca a tí.
Ojo, que esto no es fácil. Para generar este buen ambiente interno, hay que ejercer fuerzas "contrarias" contra las que recibimos sobre nosotros, y así mantener el equilibrio. Insisto que lo que se nos echa encima es fuerte, intenso, duro... Y más, con la importancia que le damos.
Sabemos que si ponderamos algo, ese algo crece. Ponderar es tan fácil como pensar. Si piensas en estas fuerzas contrarias a tus intereses, es probable que te hagan más daño que si no piensas en ellas. La felicidad del inconsciente.
Confieso que desde que tengo el blog, desde que cada noche hablo de un tema, estoy más en contacto con la actualidad, leo más periódicos que antes. Pues bien, desde entonces, mi preoupación es mayor, tanto, que me llegó a pintar mi mundo de negro. Me empañó mis gafas de la felicidad. Mi actitud cayó y he llegado a plantearme muchas cosas. Ser consciente de la situación política y social me deprimió, pero, por suerte, hablo en pasado.
Si que es verdad que me he planetado dejar la actualidad y centrarme en mi mundo. Bueno, intentaré separarlo, que no me influya, porque se quitan las ganas de salir a vender viendo que nadie tiene dinero. Gracias a que tengo un objetivo ilusionante, y que doy más peso al FO (fortalezas y oportunidades) que al DA (debilidades y amenazas) podré ser la Madre del los polluelos del nido protegiendome de la tempestad.
Pero si ves que no eres capaz de avanzar porque algún conocimiento o recuerdo te pesa, elimínalo. Elimina todo lo tóxico de tu alrededor, pensamientos, hechos o personas, lo que sea.
Un bien común es la suma de todos los bienes individuales. Un entorno común favorable es la suma de entornos individuales favorables.
Recuerda el cuadro que eligió el soberano, el verdadero equilibrio es el generado en una situación adversa. Ahora te toca a tí.
lunes, 15 de octubre de 2012
La verdadera serenidad.
El soberano de un gran reino se encontraba ya en una avanzada edad y quería asegurarse de que, antes de abandonar el mundo, le transmitía a su hijo una importante lección. A lo largo de las épocas más difíciles de su reinado, aquello había sido clave para mantenerse firme y conseguir que finalmente reinara en su país la paz y la armonía. Por alguna razón, el joven príncipe no acababa de entender lo que su padre le decía.
- Sí, padre, comprendo que para ti es muy importante el equilibro, pero creo que es más importante la astucia y el poder.
Un día, cuando el rey cabalgaba con su corcel, tuvo una gran idea.
- Tal vez mi hijo necesita no que yo se lo repita más veces, sino verlo representado de alguna manera.
Llevado por un lógico entusiasmo, convocó a las personas más importantes de su corte en el salón principal del palacio.
- Quiero que se convoque un concurso de pintura, el más grande e importante que se haya creado nunca. Los pregoneros han de hacer saber en todos los lugares del mundo que se dará una extraordinaria recompensa al ganador del concurso.
- Majestad -preguntó uno de los nobles-, ¿cuál es el tema del concurso?
- El tema es la serenidad, el equilibrio. Sólo una orden os doy -dijo el rey- bajo ningún concepto rechazaréis ninguna obra, por extraña que os parezca o por disgusto que os cause.
Aquellos nobles se alejaron sin entender muy bien la sorprendente instrucción que el rey les había dado. De todos los lugares del mundo conocido acudieron maravillosos cuadros. Algunos de ellos mostraban mares en calma, otros cielos despejados en los que una bandada de pájaros planeaba creando una sensación de calma, paz y serenidad. Los nobles estaban entusiasmados ante cuadros tan bellos.
- Sin duda, su majestad el rey va a tener muy difícil elegir el cuadro ganador entre obras tan magníficas.
De repente, ante el asombro de todos, apareció un cuadro extrañísimo. Pintado con tonos oscuros y con escasa luminosidad, reflejaba un mar revuelto en plena tempestad en el que enormes olas golpeaban con violencia las rocas oscuras de un acantilado. El cielo aparecía cubierto de enormes y oscuros nubarrones. Los nobles se miraron unos a otros sin salir de su incredulidad y pronto irrumpieron en burlas y carcajadas.
- Sólo un demente podría haber acudido a un concurso sobre la serenidad con un cuadro como éste.
Estaban a punto de arrojarlo fuera de aquella sala cuando uno de los nobles se interpuso diciendo:
- Tenemos una orden del rey que no podemos desobedecer. Nos dijo que no se podía rechazar ningún cuadro por extraño que fuese. Aunque no hayamos entendido esta orden, procede de nuestro soberano y no podemos ignorarla.
- Está bien -dijo otro de los nobles-, pero poned este cuadro en aquel rincón, donde apenas se vea.
Llegó el día en el que su majestad el rey tenía que decidir cuál era el cuadro ganador. Al llegar al salón de la exposición, su cara reflejaba un enorme júbilo y, sin embargo, a medida que iba viendo las distintas obras su rostro transmitía una creciente decepción.
- Majestad, ¿es que no os satisface ninguna de estas obras? -preguntó uno de los nobles.
- Sí, si son muy hermosos, de eso no cabe duda pero hay algo que a todas les falta.
El rey había llegado al final de la exposición sin encontrar lo que tanto buscaba cuando, de repente, se fijó en un cuadro que asomaba en un rincón.
- ¿Qué es lo que hay allí que apenas se ve?
- Es otro cuadro majestad.
- ¿Y por qué lo habéis colocado en un lugar tan apartado?
- Majestad, es un cuadro pintado por un demente, nosotros lo habríamos rechazado, pero siguiendo vuestras órdenes de aceptar todos los que llegaran, hemos decidido colocarlo en un rincón para que no empañe la belleza del conjunto.
El rey, que tenía una curiosidad natural, se acercó a ver aquel extraño cuadro, que, en efecto, resultaba difícil de entender. Entonces hizo algo que ninguno de los miembros de la corte había hecho y que era acercarse más y fijarse bien. Fue entonces cuando, súbitamente, todo su rostro se iluminó y alzando la voz, declaró:
- Éste, éste es, sin duda, el cuadro ganador.
Los nobles se miraron unos a otros pensando que el rey había perdido la cabeza. Uno de ellos, tímidamente, le preguntó:
- Majestad, nunca hemos discutido vuestros dictámenes, pero ¿qué véis en ese cuadro para que lo declaréis ganador?
- No lo habéis visto bien, acercaos.
Cuando los nobles se acercaron, el rey les mostró algo entre las rocas. Era un pequeño nido donde había un pajarito recién nacido. La madre le daba de comer, completamente ajena a la tormenta que estaba teniendo lugar. El rey le explicó qué era lo que tanto ansiaba transmitir a su hijo el príncipe.
- La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad.
Esta fábula está extraida de "Reinventarse", del Dr. Mario Alonso Puig, muy recomendable.
La importancia del equilibrio, la vida consiste en mantenerse estable a pesar de las fuerzas que se ejercen sobre nosotros, las cuales hay que contrarrestar para permanecer en un plano continuo.
El soberano intenta hacérselo ver a su discípulo para que gobierne a su pueblo correctamente, pero lo más importante es que se gobernara bien a sí mismo, solo así sus acciones serían fructíferas.
La sabiduría del viejo le hizo encontrar el nido donde el resto solo veía catástrofe. Siempre queda esperanza. No esperes a ser mayor para tener esa sabiduría, aprende a ver las oportunidades ahora que tienes fuerzas para aprovecharlas, las fuerzas de una madre que cuida a sus polluelos a pesar de la tempestad. Ese es el verdadero equilibrio.
No tiene mérito estar bien cuando las circustancias son favorables. Lo importante es saber ENFOCAR la mente hacia lo verdaderamente importante, no ponderar la adversidad, no ser víctima de las circustancias, ser capaz de generar un ámbito favorable a tu alrededor. Hay dos tipos de personas, las manejables y las que manejan, y la única diferencia entre ellas es que las segundas conocen el potencial de la mente, saben enfocar sus esfuerzos. Buscan motivos y no excusas.
Recuerda, eres el creador de tu realidad, que no te importe la de los demás, que no te importe la adversidad, puedes incluso usarla a tu favor.
- Sí, padre, comprendo que para ti es muy importante el equilibro, pero creo que es más importante la astucia y el poder.
Un día, cuando el rey cabalgaba con su corcel, tuvo una gran idea.
- Tal vez mi hijo necesita no que yo se lo repita más veces, sino verlo representado de alguna manera.
Llevado por un lógico entusiasmo, convocó a las personas más importantes de su corte en el salón principal del palacio.
- Quiero que se convoque un concurso de pintura, el más grande e importante que se haya creado nunca. Los pregoneros han de hacer saber en todos los lugares del mundo que se dará una extraordinaria recompensa al ganador del concurso.
- Majestad -preguntó uno de los nobles-, ¿cuál es el tema del concurso?
- El tema es la serenidad, el equilibrio. Sólo una orden os doy -dijo el rey- bajo ningún concepto rechazaréis ninguna obra, por extraña que os parezca o por disgusto que os cause.
Aquellos nobles se alejaron sin entender muy bien la sorprendente instrucción que el rey les había dado. De todos los lugares del mundo conocido acudieron maravillosos cuadros. Algunos de ellos mostraban mares en calma, otros cielos despejados en los que una bandada de pájaros planeaba creando una sensación de calma, paz y serenidad. Los nobles estaban entusiasmados ante cuadros tan bellos.
- Sin duda, su majestad el rey va a tener muy difícil elegir el cuadro ganador entre obras tan magníficas.
De repente, ante el asombro de todos, apareció un cuadro extrañísimo. Pintado con tonos oscuros y con escasa luminosidad, reflejaba un mar revuelto en plena tempestad en el que enormes olas golpeaban con violencia las rocas oscuras de un acantilado. El cielo aparecía cubierto de enormes y oscuros nubarrones. Los nobles se miraron unos a otros sin salir de su incredulidad y pronto irrumpieron en burlas y carcajadas.
- Sólo un demente podría haber acudido a un concurso sobre la serenidad con un cuadro como éste.
Estaban a punto de arrojarlo fuera de aquella sala cuando uno de los nobles se interpuso diciendo:
- Tenemos una orden del rey que no podemos desobedecer. Nos dijo que no se podía rechazar ningún cuadro por extraño que fuese. Aunque no hayamos entendido esta orden, procede de nuestro soberano y no podemos ignorarla.
- Está bien -dijo otro de los nobles-, pero poned este cuadro en aquel rincón, donde apenas se vea.
Llegó el día en el que su majestad el rey tenía que decidir cuál era el cuadro ganador. Al llegar al salón de la exposición, su cara reflejaba un enorme júbilo y, sin embargo, a medida que iba viendo las distintas obras su rostro transmitía una creciente decepción.
- Majestad, ¿es que no os satisface ninguna de estas obras? -preguntó uno de los nobles.
- Sí, si son muy hermosos, de eso no cabe duda pero hay algo que a todas les falta.
El rey había llegado al final de la exposición sin encontrar lo que tanto buscaba cuando, de repente, se fijó en un cuadro que asomaba en un rincón.
- ¿Qué es lo que hay allí que apenas se ve?
- Es otro cuadro majestad.
- ¿Y por qué lo habéis colocado en un lugar tan apartado?
- Majestad, es un cuadro pintado por un demente, nosotros lo habríamos rechazado, pero siguiendo vuestras órdenes de aceptar todos los que llegaran, hemos decidido colocarlo en un rincón para que no empañe la belleza del conjunto.
El rey, que tenía una curiosidad natural, se acercó a ver aquel extraño cuadro, que, en efecto, resultaba difícil de entender. Entonces hizo algo que ninguno de los miembros de la corte había hecho y que era acercarse más y fijarse bien. Fue entonces cuando, súbitamente, todo su rostro se iluminó y alzando la voz, declaró:
- Éste, éste es, sin duda, el cuadro ganador.
Los nobles se miraron unos a otros pensando que el rey había perdido la cabeza. Uno de ellos, tímidamente, le preguntó:
- Majestad, nunca hemos discutido vuestros dictámenes, pero ¿qué véis en ese cuadro para que lo declaréis ganador?
- No lo habéis visto bien, acercaos.
Cuando los nobles se acercaron, el rey les mostró algo entre las rocas. Era un pequeño nido donde había un pajarito recién nacido. La madre le daba de comer, completamente ajena a la tormenta que estaba teniendo lugar. El rey le explicó qué era lo que tanto ansiaba transmitir a su hijo el príncipe.
- La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad.
Esta fábula está extraida de "Reinventarse", del Dr. Mario Alonso Puig, muy recomendable.
La importancia del equilibrio, la vida consiste en mantenerse estable a pesar de las fuerzas que se ejercen sobre nosotros, las cuales hay que contrarrestar para permanecer en un plano continuo.
El soberano intenta hacérselo ver a su discípulo para que gobierne a su pueblo correctamente, pero lo más importante es que se gobernara bien a sí mismo, solo así sus acciones serían fructíferas.
La sabiduría del viejo le hizo encontrar el nido donde el resto solo veía catástrofe. Siempre queda esperanza. No esperes a ser mayor para tener esa sabiduría, aprende a ver las oportunidades ahora que tienes fuerzas para aprovecharlas, las fuerzas de una madre que cuida a sus polluelos a pesar de la tempestad. Ese es el verdadero equilibrio.
No tiene mérito estar bien cuando las circustancias son favorables. Lo importante es saber ENFOCAR la mente hacia lo verdaderamente importante, no ponderar la adversidad, no ser víctima de las circustancias, ser capaz de generar un ámbito favorable a tu alrededor. Hay dos tipos de personas, las manejables y las que manejan, y la única diferencia entre ellas es que las segundas conocen el potencial de la mente, saben enfocar sus esfuerzos. Buscan motivos y no excusas.
Recuerda, eres el creador de tu realidad, que no te importe la de los demás, que no te importe la adversidad, puedes incluso usarla a tu favor.
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